Empecemos como toca y eso es hablando del Grinch.

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¿Quién o qué es el Grinch? El Grich es un personaje ficticio salido de la imaginación del Dr. Seuss que es el protagonista del cuento ¿Cómo el Grinch robó la Navidad?

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Es verde, gruñón, huele mal, está cubierto de pelo y… odia, odia, ¡ODIA! la Navidad.

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Este personaje encarna el consumismo y el despilfarro y a su vez la preocupación por uno mismo, por tanto siendo la antítesis del espíritu navideño basado originalmente en el bien común, compartir y la renegación al materialismo.

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Os dejamos la playlist del disco original ligado al especial televisivo de 1966.

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Ahora, os presentamos unas galletas basadas en este personaje, dulces pero a la vez algo ácidas.

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Ingredientes para la masa de las galletas:

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270 gramos de harina todo uso

10 gramos de levadura en polvo

115 gramos de mantequilla sin sal y a temperatura ambiente

280 gramos de azúcar blanquilla

230 gramos de queso crema frío (Philadelphia o cualquiera similar)

10 mililitros de extracto de vainilla o para más potencia una cucharadita de café de pasta de vainilla (la Nielsen es lo más TOP)

10 gramos de azúcar vainilla

15 gramos de ralladura de limón (si os mola mucho el sabor pues le echáis algo más)

30 mililitros de zumo de limón

5 gramos de sal

1 huevo entero y una yema a temperatura ambiente

Colorante verde (según el que precise la masa)

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Ingredientes para finiquitar las galletas:

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120 gramos de azúcar en polvo para rebozar las galletas

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Elaboración:

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En un cuenco mezclamos la harina, la levadura y la sal.

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Reservamos.

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En otro cuenco mezclamos el queso crema y la mantequilla. Para ir rápido y que ambos ingredientes se integren homogéneamente usad una batidora de varillas antes que hacerlo a mano. Una vez obtengamos la mezcla de consistencia cremosa y suave le añadimos el zumo de limón, la ralladura, el colorante y la vainilla.

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De nuevo, batimos.

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Incorporamos el huevo y mezclamos y solo hasta que este no esté integrado no añadimos la yema.

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Recuperamos el primer cuenco y a pequeñas tandas vamos añadiendo la harina combinada con la levadura y sal.

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Mezclamos suavemente ayudándonos con una espátula.

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Una vez obtenida la masa la cubrimos con papel film y la dejamos reposar TODA la noche en la nevera.

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Al día siguiente precalentamos el horno a 180 grados calor arriba y abajo.

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Forramos la bandeja de horno con papel sulfurizado.

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Creamos bolitas de masa, esta debe estar recién sacada de la nevera, nada de dejarla templar. Sobre todo, las bolitas no deben ser más grandes que una nuez.

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Rebozamos las bolitas en el azúcar glas y lo hacemos generosamente.

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Disponemos cada bolita en la bandeja con un señor margen de distancia (unos 5-7 centímetros) pues se aplanaran.

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Horneamos las galletas durante 14-20 minutos sin dejar que se doren. Precisamos que las galletas estén bien horneadas pero NO tostadas pues alterarán el color.

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Las sacamos del horno y las dejamos reposar sobre la bandeja hasta que estén templadas.

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Cuidadosamente las pasamos de la bandeja a una rejilla hasta que enfríen completamente.

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¡A comer!

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Apuntes:

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1-Estas galletas no tienen una vida muy larga, os recomendamos conservarlas en la nevera metidas en una cajita hermética.

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2-El tinte/colorante en este caso el ideal es en pasta ya que en formato líquido o en polvo tendréis que añadir mucha cantidad para pigmentar bien la masa.

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Andrea ACOSTA

Community Manager de ACOSTA ars. Escritora de tres Best sellers y guionista de cine para adultos especializada en el género BDSM. Chef que no acabó de cocinarse aunque… ¿Quién dijo de este agua no beberé? Foodie empedernida, superviviente de la anorexia, madre de un futuro rompecorazones y adicta confesa a los zapatos.

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