Me presento… By Silvia Barbeito

Como este es mi primer post y soy una persona muy educadita (sarcástica, pero educadita), creo que debería presentarme.

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Soy Silvia Barbeito, correctora, escritora, mala gente en general. Hace muchos años que me dedico a esto de dejarme los ojos buscando errores ortotipográficos, gramaticales y, a veces, de estilo. Soy la malvada correctora que va a encontrar todo lo que no visteis en las doscientas sesenta y siete revisiones previas que le hicisteis al texto. Soy la peor pesadilla de un escritor y el hada madrina de sus novelas, que intenta convertir esos ratones y esa calabaza en una carroza como mandan los cánones.

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Lo ideal sería que todo lo que pretendéis publicar pasara por los ojos de un corrector. Y no lo digo solo porque sea mi oficio, conste, lo digo porque es así, porque por muy buena ortografía que tengáis, siempre, siempre, siempre (y con mayúsculas SIEMPRE) se cuelan erratas. Y me sé la excusa: la corrección es cara. Sí, pero no, hay un matiz. Cuesta una pasta, sí, pero cara no es. Ya os iré contando el tiempo que lleva, los conocimientos que hay que tener (y que, sí, también cuestan una pasta) y la de libros de consulta que acumulamos en la mesa (que, ya sabéis, también cuestan pasta).

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Me encanta mi trabajo. A veces no se nota, porque juro en todos los idiomas que conozco y en alguno que no conozco también, pero me encanta. Y me encanta hablar de él. Y por eso estoy aquí. Pero no esperéis un montón de sesudos estudios en los que use términos incomprensibles y que tendréis que ir a buscar a un diccionario, porque no es mi estilo. Mi idea es explicaros de la forma más mundana, facilita y, en muchas ocasiones, un pelín vulgar, cómo evitar todas esas meteduras de pata que me encuentro una y mil veces en los textos que me llegan para corregir.

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Y como no quiero extenderme mucho, porque no me apetece que esto sea mucho más que un presentación, os voy a dejar uno de esos trucos facilitos para algo en lo que falla mucha, muchísima gente: las interrogativas indirectas. ¿Cuándo llevan tilde «como», «cuando», «que», «cual»… si no van entre interrogaciones? Facilito, cuando podéis poner después la palabra «cojones». «No sé cuándo (cojones) va a llegar». «No tengo ni idea de cómo (cojones) lo hizo». «Estoy pensando en qué (cojones) estará haciendo». Por supuesto, podéis cambiarlo por vuestro taco favorito o usar «diablos», que es mucho más fino, dónde va a parar.

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Y esa es la idea: truquitos fáciles para que os lieis lo menos posible. Luego ya veremos lo que sale. Porque tengo una tendencia horrorosa a divagar y puedo terminar hablando de cualquier cosa que me venga a la cabeza, pero, en principio, contad con algo así. En principio.

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Y, por supuesto, si queréis hacerme llegar vuestras dudas, genial. Siempre agradezco que me den ideas. Porque, oye, las tengo, pero estoy segura de que son limitadas y en algún momento se me acabarán, y siempre viene bien tener algo en reserva para esos días en los que lo único que quieres es tirarte en el sofá, taparte con una mantita y enchufarte a Netflix durante horas.

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Sed malas personas y hasta la próxima.

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